En verano vamos con unos chicos muy majos que nos llevan a unas casas con familias y niños. Si, ahí voy a la playa, pero no veo los peces. Duermo con una niña muy simpática, Ainhoa. Ella muchas veces me saca unos vestidos y hacemos como que somos princesas, me lo paso muy bien y me rió mucho. Tambíén me dan kechup que me gusta mucho y al irnos a la cama Marina la mama de Ainhoa nos cuenta unos cuentos preciosos.
Tengo once años y llevó viniendo a Irun tres años. La primera vez que vine tenía miedo porque aquí había unas cosas muy raras que se llamaban ``duchas´´. Echaban agua y yo creía que eran unos monstruos muy malos, como los de los sueños.Pero luego estaba calentita y al salir olía muy bien. Como una flor.
Cuando acaba el verano me vuelvo a mi casa con mi mama y mi hermano, mi papa nunca viene a casa, no se donde esta.
Muchas veces veo a mi mama llorando. El otro día me acerqué a donde ella y estaba muy triste, le pregunte que le pasaba, me miró a los ojos y me contestó: `` Que ya no puedo mas y que me rindo, este desierto ya es nuestra casa, y si no fuera por quien nos ayuda nosotros no estamos aquí, cada día tengo menos ganas de despertarme y ver que esto no sirve para nada, que tenemos el mismo derecho que todos cielo´´.
No hay comentarios:
Publicar un comentario